THE OFFICE TP

THE OFFICE TP
The office VS Posmodernismo y nuevos medios

Ámbito laboral posmoderno

Jim: “ahora es solo un trabajo pero si escalo en la compañía sería mi carrera y si esta es mi carrera tendría que tirarme debajo de un tren” ¿A alguno de los personajes de la serie le importa Dunder Mifflin? Está claro que no. Van todos los días, se sientan en los mismos lugares, cumplen con su trabajo tratando de que pase lo antes posible y de que los molesten lo menos posible. Solo es una oficina. Sabemos por comentarios muy laterales que venden papel pero casi en ningún momento lo vemos. Nunca el producto tiene un papel protagonista, porque a nadie le importa, casi no existe. The Office, podría ser cualquier oficina de cualquier cosa. ¿Quiénes son los dueños de todo eso? Los “amos sin rostro que siguen produciendo las estrategias económicas que constriñen nuestras vidas” de Jameson. La jerarquía más alta que llegamos a ver es Jan. Ella se refiere siempre a “la empresa” como algo abstracto, “lo que la empresa quiere”, “lo que la empresa necesita”. No hay una cara, ni siquiera un nombre que represente esas necesidades. Scranton es una sucursal como cualquier otra, que debe impedir los sindicatos porque podría ser cerrada, que debe alcanzar los objetivos impuestos por estos amos sin rostro que a nadie le importan. Pero nadie pide tampoco nada de ellos, ni siquiera su existencia real. Si pensamos al capitalismo clásico como “la primacía de la producción industrial y la omnipresencia de la lucha de clases” (Jameson) no hay nada de esto en la oficina. Pero cuando descendemos al depósito algo aparece. Ni siquiera se produce nada ahí, pero ya estamos en contacto con un producto, hay algo tangible que podemos ver como producción industrial. Es acá abajo donde la conciencia de clase todavía tiene algún resto. En el depósito el individualismo extremo de la oficina se convierte en el orgullo por haber mantenido el depósito sin accidentes por 936 días. Se cuidan entre todos pero para poder llegar enteros a casa y disfrutar con su familia. No hay objetivos como clase, si hay protección entre sí y conciencia de que no pertenecen al mundo de arriba, al de la oficina. Podemos ver este lugar como un punto medio. En la oficina en cambio, el individualismo es extremo. No debe confundirse con una individualidad más propia del modernismo: “la ansiedad, la anomia, la angustia, la soledad, la particularidad” (Jameson). La angustia propia del modernismo tenía que ver con un sentirse único, diferente. Sentirse solo en esa diferencia, por ser sujetos únicos con deseos irrepetibles. En la posmodernidad el sujeto muere como tal, “el fin de la mónada, del ego, del individuo” (Jameson). Los personajes de The Office no están angustiados, porque no tienen esperanzas de que el mundo se transforme en un lugar para ellos. Les importa su propia familia y pasarla lo mejor posible fuera del trabajo. Saben que los demás son iguales a ellos y quieren lo mismo, todos queremos lo mismo. Sus deseos son una casa más linda, comprarse ropa nueva, tener una familia, que sus hijos puedan ir a la universidad. Nadie se siente solo en estos deseos, pero nadie piensa que el otro va a ayudarlo a cumplirlos. No molestan y tratan de no ser molestados. Oscar finge estar enfermo para faltar un viernes. A nadie (salvo a Dwight y Michael, luego hablaremos de eso) le parece una falta de ética ni de compromiso con el trabajo, pero tampoco a nadie le parece una actitud rebelde contra el poder a ser reivindicada. Solo tenía ganas de hacerse un fin de semana largo, mientras no me jodas, hacé lo que quieras, nadie espera otra cosa. De esta forma entendemos la inexpresividad que suelen mantener los personajes, Stanley y Kevin son los más inexpresivos pero el registro es común a todos (salvo Michael), incluso a Jim y Pam por más simpáticos que nos parezcan (y nos parecen muy simpáticos). Esto remite directamente a Jameson: “la expresión requiere la categoría de mónada individual, pero al mismo tiempo pone de manifiesto el elevado precio que ha de pagarse por esta condición de posibilidad. El posmodernismo representa el presunto final de este dilema, que sustituye por otro distinto. No solo la liberación de la angustia sino una liberación generalizada de toda clase de sentimientos. Los sentimientos son impersonales y flotan libremente.” Los sentimientos y deseos son los mismos para todos y flotan libremente en la oficina sin agobiarlos pero sin apasionarlos.

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